Desde que empezó este tercer embarazo, sabía que mis bebés iban a ser prematuros, de eso tenía duda.
Y no es por ser pesimista, realmente uno llega a conocer tanto su cuerpo después de perder bebés, ya que sabes todo lo que pasa bueno y malo, en contra de lo que te digan doctores y enfermeras.
Voy a comenzar esta historia del día en que nacieron Camila y Gael unos días después de mi esperado Baby Shower, lo hicimos 3 meses antes de la fecha probable de parto, porque sabía que más adelante sería imposible hacer y realmente me hacía ilusión compartir con mis amigas cercanas y familia este momento especial. La verdad tuve que pasar toda la celebración sentada, básicamente para sentirme bien hasta alquile una silla bonita y cómoda para estar bien cómoda, aunque no podría participar de los juegos, ya que no podía estar de pie mucho tiempo.
Esta celebración fue aprobada por mi Ginecólogo, el cual solo me pidió tranquilidad y que disfrutara, y la verdad así fue. Pasamos una tarde divertida, riéndonos y soñando todo lo que iban a hacer mis bebés cuando nacieran. Ese sábado terminó todo bien me sentía tranquila y me fui a descansar, no hice esfuerzos ni nada fuera de lo normal.
El lunes le comenté a mi esposo que no me sentía bien (ya había tenido dos amenazas de aborto a los 3 meses y dos cerclajes, ya que el primero se había ido bajando por la presión), así que sabíamos que algo podría estar mal. Le dije que sentía pequeñas contracciones y cuando fui al baño note algo de sangre. Así que llamamos el Doctor, que nos pidió que fuéramos a verlo inmediatamente para ver qué estaba pasando.
Me pusieron el monitor y me hicieron un ultrasonido en donde se dieron cuenta que el cuello del útero estaba abriéndose y que la bebé ya estaba en posición de salir y haciendo presión hacia abajo, el bebé estaba tranquilo arriba. Así que decidieron dejarme hospitalizada con medicamentos contra las contracciones y así evitar que nacieran antes de tiempo.
El pronóstico más positivo era que llegáramos a las 32 semanas, es decir que tenía que esperar 5 semanas hospitalizada, pero ya sentía que eso no iba a pasar, algo andaba mal y mi cuerpo simplemente no soportaba tener más a los bebés adentro (después de perder 2 embarazos a los 5 meses, ya sabes qué esperar) y no es negatividad, tú te darás cuenta cuando tienes que pujar, el cuerpo te lo dice claramente, es un proceso natural.
Esto se lo comenté a mi familia, mis doctores, enfermeros y TODOS me dijeron que tenía que ser más positiva y que no me deprimiera, pero la verdad no me sentía así ni triste. Simplemente sabía que mi cuerpo no iba a aguantar más y así fue, estuve con medicamento para prevenir contracciones, sondas muy dolorosas, inyecciones que me daban taquicardia, oxígeno y al borde del desmayo del continuo dolor de las contracciones, ya que no me daban medicamentos para el dolor para no pasárselo a los bebés.
Y una noche una de las enfermeras rompió el protocolo del medicamento para prevenir las contracciones, así que básicamente echamos para atrás con eso.
Recuerdo que uno de los doctores llegó a las 4 de la mañana muy molesto cuando le comentaron que detuvieron el medicamento.
Yo no le comenté a nadie que estaba en el hospital, solo a la familia más cercana, porque no me sentía con fuerza emocional para tratar con otras personas que no fueran mis bebés, debía guardar todo lo que tenía para ellos. Porque lo que venía sabía que iba a ser muy duro. Y siempre les agradeceré a los que preguntaron como estábamos y que se preocuparon por nosotros en todo momento cuando se enteraron, aprovecho para darles las gracias si están leyendo esto, igual que a todos los doctores, enfermeras y personal del Hospital Pacifica Salud ubicado en la Ciudad de Panamá, el esmero que dieron por mis hijos fue el mejor y con mucho amor.
Como les conté el lunes siguiente me internaron en el hospital y pase martes, miércoles con contracciones fuertes que iban y venían. El jueves 28 de julio todo cambió rápidamente, sentí que la espalda se me iba a quebrar del dolor y recuerdo haber dicho:
“Estoy segura de que hoy van a nacer los niños y todos vamos a tener fecha 28”, y así fue. A las 2 horas tuvieron que hacerme una cesárea de emergencia que cambiaría mi forma de ver la vida para siempre…
Mis bebés nacieron prematuros de 26 semanas, pesando 910 gramos Camila y 1100 gramos Gael; esto es alrededor de 2 libras o 0.91 kilos.
Como ven en la foto, en vez de pañal les colocan mascarillas y dentro de ellas algodón, con la intención de pesar el líquido que sale y el que deben ingresar, todo es medido por el beneficio del bebé. Para mi las mascarillas tienen otro significado totalmente diferente que la protección respiratoria.
Tener bebés prematuros en Panamá varia según cada hospital en donde se tenga a los bebés.